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sábado, 29 de enero de 2011

Lean "Réquiem por los pájaros"

Réquiem por los pájaros", sorprendente libro de cuentos de Norma Segades Manias, enhebra cuidadosamente historias de feminicidios y desesperaciones. Hay que leerlo, es un libro sustancial, un grito desgarrador ante la indiferencia de tanta gente a los crímenes contra las mujeres. Pueden encontrarlo en requiemporlospajaros.blogspot.com

miércoles, 26 de enero de 2011

La hipocresía social del puterío

Valga como comentario al comentario de la querida amiga Mónica Laneri, poeta de valía y ex compañera de trabajo en el viejo diario HOY. Ciertamente, los hombres suelen creer que cuando a ellos se les duerme, languidece o se declara en huelga permanente el adminículo sexual, también acaba el apetito sexual de sus mujeres. ¡Craso error que les deja adornadas las frentes! No sé si merecidamente o no, eso es "según el cristal" y según lo que vale como persona el ejemplar masculino. Pero la realidad es que, si se trata de una mujer sana y de sanos sentimientos e instintos, tendrá que aplacar sus necesidades como pueda. Algunas, recatadas, moralistas, cuasi santas que se duermen con estampitas en las manos, se dedicarán a rezar rosario todas las tardes y se irán a las procesiones, harán crochet para las criaturas habidas de las presas del Buen Pastor o las internas del Neurosiquiátrico, se les dará por el Opus Dei (el ala nazi de la iglesia) o preferirán la depre o histeria propias de mujeres mal atendidas.
Las que no se resignan a clausurar su parque de diversiones, derecho ciertamente natural y divino, no se avendrán a nada de eso, y mucho menos a sustituir el elemento contundente que precisan por autoglorificaciones para las cuales se necesita gran resignación y egolatría física. No, sino que buscarán una salida, como la de la señora que va al "manosanta" dos veces al mes, y evita enamorarse. O se echarán encima algún amante al que quizás no querrán -por aquello del último bastión de la fidelidad- pero que les impedirá la autocombustión espontánea. Claro que, muchas lo hacen calladitas, pero guái de quien lo dice. La gente no le teme a las acciones, sino a las palabras, gran estupidez e hipocresía social.
Ah... y ciertamente, no olvidemos que aún hay culturas en que las mujeres son quemadas sobre el cadáver del marido, para que no los sobrevivan, algunas de ellas son drogadas para que no se resistan (y secuestradas para cumplir con el rito) y otras deciden por sí solas porque les enseñaron a creer que no será digna mujer si no siguió esa estúpida cuan machista y criminal costumbre.
¿Y ellos? ¡Pero por favor! Si al menos se quedan al lado de su esposa cuando ésta por cuestiones de salud ya no puede ni quiere tener relaciones sexuales, es mucho. Algunos, lo hacen. Y en general, hasta con conocimiento o sospecha lúcida de la esposa enferma, van de putas, como dicen los españoles. O se buscan amante, con grandes posibilidades de dejar lo viejo por lo nuevo. Pero es más común que, acabado el cumplimiento sexual de la esposa, ellos retiren sus batallones y vayan a guerrear en otra cama. ¡Conozco un caso peor, el de un infeliz que teniendo su esposa cáncer de útero, igual la obligaba a tener sexo con él hasta el día de su muerte! Ah, se amparaba en la Biblia.

lunes, 24 de enero de 2011

Saludable apetito sexual de las señoras

¡Ojo que hay algunas que se organizan muy bien para pasar por santas señoras cuasi virginales! Conozco el caso de una señora cuyo marido cayó en desgracia, es decir, se le fue al cuerno la posibilidad de satisfacer cabalmente a su mujer, quien dicho sea de paso, siempre gozó, dice, de saludable apetito sexual.
Ella me contaba que intentó ser honesta, diciéndole al susodicho ejemplar al que está atada legalmente (la diabetes, hipertensión y problema prostático acabaron con su orgullo masculino) que a él se le habrá caído el palito, pero que ella tiene muy sanita la vuvuzela, y que no pensaba jubilarse sexualmente a sus 45 años sólo porque él comió cuanto el doctor le prohibió y siempre llevó vida sedentaria, que a ella eso de sentarse sólo le gusta según sobre qué. Como el hombre lloró tanto, la mujer le tuvo penita, así que le juró amor eterno y que no le pondría ni cuernos ni cuernitos.
Entonces ideó algo intermedio: cumpliría su promesa, no serían cuernos, pero no se quedaría con las ganas tampoco. Por eso, dos veces al mes, en razón de que con eso se da por satisfecha, se empaqueta como para una cita de amor, sube a un taxi y le pide al chofer que pase despacito por la zona roja de los chicos fáciles. Los mira bien, calibra y una vez elegido un chonguito (trata de no repetir, dice, para evitar toda tentación sentimental) casi siempre blanquito de ojos negros, porque tiene esa fijación, le invita a subir, va a un motel con el pendejo y el taxista la espera. Le paga al "muñequito" y lo lleva de vuelta a su zona, luego paga al taxista, baja en una parada de micro y vuelve a su casa en un colectivo de la línea 30, junto a su maridito, quien está convencido de que ella va a la iglesia donde hay un cura carismático.
Y cuando llega, el marido espera el abrazo y sus dos besitos, y le pregunta cómo le fue y si el cura la hizo sentir mejor. Ella le dice que sí, que ya no se siente deprimida y que el cura la atendió muy bien, que tiene una mano milagrosa...

sábado, 22 de enero de 2011

EL QUILOMBO DE BERAZATEGUI

2DA PARTE

Dicen aquellas secretarias infidentes que la madama María Escobar (que obviamente, aunque es paraguaya, no es la de la polka, esta es Escobar Gallardo...) ya debe reservar turnos, tanta es la novedad del negocio, que hubo noches de colas de damas para ingresar y verán que, nuevamente en esto, las mujeres nos aventajan. Un hombre, por joven que sea su linterna, no podría satisfacer a más de 4 o 5 mujeres y por turnos espaciados. El pene se rebela a la explotación capitalista. No hay caso. Y como la providencia de pupilos es limitada pero el hambre de las usuarias no lo es, los pobres pupilos terminaban extenuados y anémicos. Entonces, ni lerda ni perezosa, María Escobar, mujer de recursos, imprimió unos tikets que se venden ad hoc únicamente a las usuarias que deciden pasar a los claustros. Las demás, las que se contentan con ir de copas a disfrutar de boleros y música pop, pueden ir de chacota y en grupos. Pero el uso sexual de varones tiene cupo y cuando los tikets se agotan sorry, María no puede fabricar testículos. Les dice hasta mañana señoras, el show ha terminado.
  

viernes, 21 de enero de 2011

El funeral del grano de arroz

De "Mita'i cancionero" (Alejandro Maciel)


Seis, cinco, cuatro, dos
Se murió un grano de arroz
En la terraza, los deudos
llevan flores de cartón.

Cómo fue que falleció
Todo el mundo está contando,
que se cayó en una olla
y se murió del espanto.

Ay, qué ramalazo
Qué mala pata,
dice la gata
que tiene cuatro.

La viuda muy oronda
(arroz con leche es la ronda)
organizaba un concurso
con tangas y con milongas.

El grano desde su féretro
Mira tieso el estropicio
¡Que han dejado servilletas
Tiradas por todo el piso!

Y para colmo de males,
Hay invasión de gorgojos,
Comen deudos, comensales,
Coroneles, Generales.

Comen tanto los gorgojos
Que engordan como piojos.

El difunto grano piensa
Llamar a la policía
Y convocar a la prensa.

No hay derecho, no hay derecho:
Su velorio está deshecho.

Le echan agua sin querer
Y el grano empieza a brotar
Salen dos hojas flaquitas
Y se van al arrozal.

El agua está sorprendida:
Resucitó un alma en pena
"No importa, igual está vivo
En el almuerzo y la cena".

Termina en un restaurante
De un chino llamado Chan
Con milanesa de sojas
Pescado, pollos y pan.

martes, 4 de enero de 2011

Acerca de María Escobar

Y para los que no conocen el caso, ya que seguramente no trascendió mucho las fronteras de mi querido país: María Escobar fue una humilde mujer de pueblo, quien habiendo descubierto que su hombre le estaba retaceando el cumplimiento marital porque andaba caliente por otra -ah, ya me mudó la madama del burdel de arrieros, ahora no puedo andar con delicatessen palabras- terminó pescándolo in fraganti. Ella y su hombre a veces actuaban en veladas en el interior del país. Y ocurrió que el tipo terminó muerto de un balazo, María Escobar lo mató gritándole que le había avisado bien que si volvía a serle infiel, lo pagaría con la vida. Y lo hizo durante una obra de teatro en que actuaba su marido, ellos representaban a una pareja que peleaba en escenario, y ella debía matarlo pero de mentirillas por supuesto, con un arma descargada. Sólo que María Escobar cargó verdaderamente el arma con balas y en el momento culminante, mató a su esposo de verdad, en el escenario. La ovación fue delirante, porque parecía tan de verdad, la caída del hombre en medio del estruendo del balazo y el horror de la sangre en el pecho.
Bueno, pues de este caso, un músico creó enseguida una polka "María Escobar" y rápidamente un dramaturgo escribió un drama teatral. Pues bien, la obra se representó casi antes de que el cuerpo del infiel se haya enfriado del todo y desde luego, la mujer simplemente se entregó a la policía, nada arrepentida pero llorando y la condenaron a la pena máxima: 35 años. La obra creada a partir de lo que hizo María Escobar tuvo un éxito aplastante y aún hoy se sigue representando con llenos totales.
Pero el caso no termina allí. Dicho sea de paso, la protagonista de esta historia salió en libertad hace unos 15 años, y se dedicaba a la venta de flores a la entrada del cementerio de La Recoleta, justamente frente a la cárcel de mujeres.
La cuestión es que hace unos 10 años, justamente durante una de tantas puestas en escena de "María Escobar", ocurrió de nuevo: de pronto el personaje principal cayó verdaderamente muerto de un balazo, con el corazón destrozado. La protagonista, una mujer del mismo valle que los que dieron pie a la obra, ´repitió todo: cargó el arma a escondidas, y en el momento preciso, le descargó un balazo, después se tiró encima de su hombre, a llorar amargamente y gritando también: yo te avisé, yo te dije que nunca más me seas infiel!
Los aplausos seguían, el público estaba conmocionado, de pie. Hasta que pasaron demasiados minutos, el director de la obra sabía que algo estaba mal, entraron al escenario los que hacían de policías, a llevarla y allí se dieron cuenta. Fue un escándalo increíble. ¿Aparecerá una María Escobar cada tanto, en escenario? Cada vez que se representa la obra, la gente va esperando -o temiendo- asistir a un verdadero crimen por amor. ¿No es extraño?

lunes, 3 de enero de 2011

Prohibida la entrada a los "señores putos"

Pero, Ale, admito que del derecho y del revés gana el cartelito de la madama del burdel de hombres. Me encantó esa claridad, como para que no queden dudas: "prohibida la entrada a los señores putos". Así se dice, clarito y para no perder el tiempo, ya que el tiempo en un burdel es oro, nada que ver con los que perdemos el tiempo bañándonos por horas y desperdiciando la ducha, en vez de estar cobrando por cada duchazo.
En cuanto a los "linternazos" ¡ni en sueños supe que se les llama así a los adminículos masculinos! ¿Linternazo o linternita? C'est la question. Lo importante es que la mercadería esté a la vista, así que en materia de marketing, la madama esa es de lo mejor. No sé cómo no la contratan las agencias publicitarias.

No es por competir sanamente, pero en Paraguay...

Alejandro: en Paraguay existía (o existe, pero luego diré porqué no tengo la certeza) un burdel exclusivamente de ancianas, generosas todas ellas, de muy buen humor siempre, dadivosas de cuerpo y espíritu, y regentado por las eximias fundadoras, dos hermanas -no monjas, eh, sino hermanas de sangre- que tuvieron la brillante idea de aprovechar sus dones marchitos ya que un día se dieron cuenta de que las arrugas no significaron para ellas falta de deseo carnal sino mayor apetito aún, así que idearon matar dos pájaros de un tiro (por más que resultaron después ser muchos más que dos pájaros, y tampoco los mataban, aunque por la tarifa los dejaban apaciguados).
Bueno, pues la abuelita Emilita quien era más sargentona que la hermana, Rosa, le dio la noticia a su familia, por entonces de varios nietos y unos cuantos biznietos, diciéndoles que si quieren abuelita que se vayan a llevar a los niños a la casa de su otra abuelita, o que la visiten en el burdel que estaba formando junto con señoras de rodete y pasaditas, pero muy hacendosas del querer y desde luego, con la experiencia que le da a una el tranco del matrimonio ido por razón de viudez.
Formó, pues, su casa, con pupilas que no eran tales, sino sus amigas. Todas ellas habían sido devotas y secretarias de la parroquia, pero dejaron tanto los rosarios como las sotanas del cura, para desvestir pecadores, que es mucho más divertido y deja más dividendos.
Conozco ciertos entretelones de la casa de té de la abuela Emilita, porque cuando trabajaba en una revista junto con Mabel, mi hermana, nosotras éramos quienes buscábamos casos sorprendentes. Me tocó hacer esta nota, fuíme a la casa en cuestión, donde me recibieron con tacitas de té y bizcochitos esponjosos, que era lo que servían a la selecta clientela, a más de algún anís o licorcito. Emilita actuaba como toda una dama, sin duda lo era, así como su hermana, de modales más finos aún. A más de ellas, había en la casa otras 3 divinas señoras, la menor de las cuales -Rosa- tenía 72 años. La mayor, tenía 81, pero no los parecía, era la más divertida y todo le arrancaba una carcajada. Y era de las más solicitadas.
Desde luego aunque después de muchas vueltas, le pregunté a la "madama" Emilita qué es lo que más pedían los clientes. De todo, me dijo, pero que sólo tenían una que aceptaba coito común y silvestre. Las otras, sólo hacían sexo oral o de abuelita. Lo que quiere decir, me explicó ella, que les cumplían el deseo por el que iban: ellas les desnudadaban, les ponían talco, pañal, les daban nalgaditas si se portaban mal, y luego, el clímax, que consistía ¡en amamantarles! O les daban el biberón. Los tipos, señores empresarios en general, o políticos, iban para eso. ¿Será posible? Sí, hasta sacaban su avisito en un medio. Un secreto que me contó Emilita, es que algunos les pedían que les cuenten cuentos, y les canten arrorró, esas cancioncillas infantiles que las abuelas les cantan a los nietos cuando sus mamis los dejan en casa porque van a trabajar, para que se duerman. En fin, me sé muchos detalles que alguna vez escribiré.
Ah, las camas de la casa eran todas con corralito, ya saben, esas verjitas de madera que se ponen para que los bebés no se caigan. Qué cosa. Y decía que dudaba de si aún existía el burdel este, porque presumo que tanto Emilita como sus amigas y su hermana, ya habrán muerto. Así que, a menos que hayan ido renovando las pupilas...

domingo, 2 de enero de 2011

EL PROSTÍBULO MASCULINO DE BERAZATEGUI

MUJERES OÍD:
En la localidad bonaerense de Berazategui (Pcia de Bs As) se acaba de abrir un burdel muy particular: no hay pupilas sino pupilos, los prostitutos son varones y acuden usuarias mujeres exclusivamente. La dueña, una mujer rolliza y abrumadoramente rubia, cuyo nombre es María Escobar, como la polka, dispuso un cartel sobre la puerta de entrada que comunica el salón con el claustro en el que sin mácula de dudas, expresa:
PROHIBIDA LA ENTRADA DE SEÑORES PUTOS

El local de María Escobar se llama "La Linterna" y obviamente, dado que la Dueña carece de sutilezas semióticas, os podéis imaginar que no alude a fastos chinos ni quincallería de bazar; si alguna duda os queda en el tarifario figura:
1 linternazo: 40 $
2 linternazos: 60 $

Tiene, me lo contaron dos secretarias que guardan cualquier cosa menos secretos, un gran salón en el que las damas pueden tomar una cerveza con alguna picada para ponderar la calidad de los pupilos, no sea que se lleven un chasco creyendo que reemplazarán al decrépito marido por un XXL y resulta que van, dejan sus decencias en la puerta, pagan y se encuentran con uno mil veces peor.
No.
María Escobar dispuso que los muchachos departan con las visitantes, de fútbol u otra materia, tomen algún trago, bailen un bolero... sin obligación de pagar la entrada.
Patricia L, una usuaria, confesó a Sarita N, que usaba "La Linterna" como spa para combatir el estrés. Si la señora/señorita decide tomar servicio, lo contrata, paga y luego atraviesan la puerta del cartel nada sutil y van a los claustros donde los señores putos tienen la entrada vedada.
Está bueno, ¿no?