¿No está exagerado el valor de la verdad? En el nombre del Padre, y en el nombre de la verdad, se ha matado más que mintiendo. La verdad suele ser el arma de los resentidos y rencorosos, quienes la tienen por única virtud. ¿Mentiras piadosas o verdades despiadadas? Atroces, bellas, bestiales o necesarias, qué importa, sólo tienen que ser oportunas y generosas, siempre.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Los que vendieron su imagen de honestidad
Uno/a ya no espera mucho de la gente, después de haber pasado por tantas caídas de caretas. Quién no ha visto a gente que dice una cosa y hace otra, quién no ha visto encochinarse hasta a personas de quienes no se creía posible eso, por un simple beneficio, por dinero, por un viaje, por el poder... y quién te ha visto y quién te ve, es lo que pensamos de unos cuantos pajarracos del ámbito político, que no han tenido empacho alguno en vender su alma.
No sorprende para nada de ciertos personajes que jamás fueron buenas mandarinas. Pero hay quienes parecían coherentes. Lo eran, en sus actos y palabras. Y algunos hasta fueron gente de lucha, gente que jamás cedió a las mordazas, gente que supo estar donde estaba el pueblo. Pero el tiempo pasó, y terminaron vendiéndose al mejor postor.
Qué vergüenza ajena que se siente. Sobre todo cuando de trata de personas que suman a su caída en la deshonestidad y la mentira, el mal arte de ser malagradecida. Ojalá nuestro pueblo sepa que a este tipo de gente JAMAS hay que votarla. Nunca. Que les voten los cretinos o quienes son iguales que ellos.
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