No es que nos quedemos perplejas ya las paraguayas cuando alguna congénere quiere descalificar a otra mujer citando para ello su aspecto físico. Esta vez (lo cuento rápido, porque voy a casa y luego daré detalles) una señora senadora, porque se vio cuestionada por la aprobación de una ley contra la salud del pueblo, dijo de la Ministra de Salud que es "una gorda".
No nos extraña, pero nos indigna.
¿No está exagerado el valor de la verdad? En el nombre del Padre, y en el nombre de la verdad, se ha matado más que mintiendo. La verdad suele ser el arma de los resentidos y rencorosos, quienes la tienen por única virtud. ¿Mentiras piadosas o verdades despiadadas? Atroces, bellas, bestiales o necesarias, qué importa, sólo tienen que ser oportunas y generosas, siempre.
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