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lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Ojo con el espionaje de los verdaderos inmorales!

Entiendo que el "sistema" yanki haya estado espiando. Es parte de la "coherencia" y suciedad que nos quieren hacer pasar como el "paraíso" del Norte de América. Entiendo porque siempre se han comportado así. Lo que no entiendo es que hayan estado espiando, por ejemplo, a mandatarios latinoamericanos, a políticos y politiqueritos. Como a nuestro presidente paraguayo Fernando Lugo; a la ex ministra Ovelar; al coloradito Castiglioni y al innombrable ex general que se disfrazó de mujer para pasar la frontera cuando andaba prófugo de la "justicia".
¿Qué podían descubrir de ellos que todo el pueblo no supiese ya? ¿Cómo podrían usarlo para presionarles? ¿Por ventura importa una amante o un amante más, en el país de los chismes? ¿En un país machista en que el hombre es más macho cuantas más mujeres pincha?
No es la vida privada de los políticos lo que nos interesa, a menos que sea un pervertido violador o pedófilo o cualquier otra conducta sexual delincuencial. En tanto sea su vida íntima, a nadie le calienta e igual se sabe. Tampoco es posible que a ninguno de ellos se les moviera un pelo del traste ante alguna amenaza de que sus trapitos sucios de cama pudieran salir a luz. En todo caso la única diferencia sería que salga publicado o no. Porque por estos lares no precisamos espionaje para enterarnos de los muertos que cada uno tiene en su ropero.
¿Y a Cristina? ¿Pero por qué carajo ña Hilaria Clinton ordenó que se la espíe? ¿Envidia, resentimiento de mujer cornuda o qué?
En cuanto al auto-espionaje yanki, a presidentes y políticos del país de los western, las transnacionales y las modelos anoréxicas, seguro que a ellos sí podrían -habrán podido, pudieron, podrán, todas las conjugaciones posibles- extorsionarles con esos chanchullos de motel o de sexo oral en la oficina, o inclinaciones raras, o moteles. Probablemente así lograron inclinar muchas balanzas, se habrán aprobado "a presión" cosas inaprobables. Porque en yanquilandia, reina la doble y triple moral. "Haz lo que yo digo, no lo que yo hago", es lo que les caracteriza. Igualito que las iglesias. ¡Pero por favor! ¿Acaso no le cayó encima a Clinton el mundo, cuando se supo que la secre le masajeó el pajarito? ¿Y qué? Sin embargo, los mismos que pegaron el grito al cielo por una cuestión íntima que en todo caso debería importarle a ña Hilaria y a nadie más, no se escandalizan en absoluto ante las matanzas de los yankis en tierras ajenas. ¿Qué es lo verdaderamente reprobable, inmoral?
Si los que tienen los hilos del espionaje en sus manos, en el país de los manguruyu del Norte, quieren saber la intimidad de los capos latinoamericanos, solamente tienen que preguntarle al pueblo. No nos alteran las conchas ni pitos de los poderosos. Nos puede divertir, en todo caso. Lo que sí nos puede alterar hasta el karaku es el mal gobierno, la corrupción y la falta de atención a las necesidades de nuestra gente.
Pero eso sí, el descubrimiento de documentos donde constan informes y órdenes de espionaje, no hacen sino reafirmar el concepto de metiches, irrespetuosos y prepotentes que se ganaron los que realmente tienen el poder en las manos, en el país del "Tío Sam". ¡Y luego se erigen en modelo de democracia!

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